EDUCACION SOCIAL PARA LA
CONVIVENCIA Y LA NO VIOLENCIA.
Convivencia à forma de vivir en
común.
Violencia à agresividad, coacción,
crueldad.
No-violencia à forma de actuación, ideología.
La humanidad ha mantenido formas
de relaciones de convivencia social.
La educación cívica pretende los
objetivos de la educación, perfectibilidad de la persona, por lo que se puede
considerar una actividad humanística.
Educar para la tolerancia es
educar para la democracia y contra la barbarie, la educación cívica sería la
forma social para la autodefensa.
H.Paz Quiñones considera
necesario para construir el orden, lograr siete aprendizajes básicos de
convivencia social:
1. Aprender a no agredir.
2. Aprender a comunicarse
3. Aprender a interactuar.
4. Aprender a decidir en grupo.
5. Aprender a cuidarse.
6. Aprender a cuidar el entorno
7. Aprender a valorar el saber
cultural y académico.
PREVENCIÓN DE ACTITUDES ANTISOCIALES
Un clima de aula, de Centro y
familiar son el requisito imprescindible para lograr la calidad de la
educación. Es necesario incluir entre los objetivos el desarrollo de
habilidades sociales a fin de conseguir
un clima de convivencia que les capacite para la convivencia social.
1. Concienciación
o pensar juntos sobre el problema que se presenta.
2. Atención
individualizada con diversificación respecto al resto de compañeros.
3. Incorporación
curricular intencionada en el área social.
4. Participación
en actividades de cooperación permitiendo el protagonismo al alumno
conflictivo.
5. Organización
que permita la puesta en marcha de los pasos anteriores.
BULLYING
Forma verbal inglesa que deriva
de bully à
persona que amedrenta a otras para lograr lo que quiere.
Suele usarse con esa
significación en los centros educativos para referir comportamientos inadecuados
e indeseables entre sus alumnos.
Las modalidades más frecuentes de
agresión son las formas verbales, malas relaciones y las agresiones indirectas.
Las menos habituales son el aislamiento y a agresión física.
Bromas pesadas mantenidas en el
tiempo y aumentadas en intensidad, amenazas, burlas, desprestigios, insultos,
intimidaciones, robos, abusos, aislamiento de la víctima, ataques físicos,
golpes, palizas.
Las agresiones pueden partir de
un individuo o de un grupo.
Todos los problemas de
convivencia entre los alumnos de un centro educativo no pueden catalogarse como
manifestaciones de buylling puesto que para que éste se lleve a efecto deben
cumplirse circunstancias necesarias y suficientes como que sea una situación
preconcebida, mantenida en el tiempo, silenciada y soterrada.
PERFILES
·
Ideólogo-planificador: autoimagen
bastante distorsionada de sí mismo. Se identifica por arrastrar una gran
inseguridad en su persona y en su aceptación social por parte del grupo. Ser intrínsecamente
débil, inseguro, insatisfecho de sí mismo, de su vida familiar y de su vida
académica. Se siente invisible para la sociedad, desde su primera infancia es
víctima de maltrato afectivo pasivo, maltrato físico o abandono emocional a
través del permisivismo de sus progenitores o el prohibicionismo.
Es impulsivo,
activo, provocativo, agresivo, no tiene sentimiento de culpa ni capacidad de
empatía. No respeta las normas y es incapaz de resolver conflictos
pacíficamente. Necesita usar la violencia para sentirse seguro. LA agresividad
le mantiene activo.
·
Agresores pasivos: todo tipo de
clases sociales, pero con entornos afectivos y familiares similares. En sus
hogares no se dan fuertes lazos familiares, reciben poco afecto de sus
familiares, tienen dificultades de integración social y escolar. La violencia
puede ser un modelo de resolución de conflictos en su propio hogar. Cuando la
violencia no es explícita en su entorno existe un componente de permisividad
hacia sus accesos de ira.
·
Víctimas: percibidos por el grupo
como seres débiles, sin embargo tienen alguna cualidad que el líder ha
descubierto y no puede soportarlo porque la envidia. Suelen ser muy prudentes
lo que confunde al agresor ya que le ven como personas inseguras, pasivas,
inactivas, permisivas y sufridoras. La timidez, la confunden con pobre
autoestima e incapacidad para relacionarse con naturalidad y fluidez.
Niños que están
muy apegados a su familia, y en algunos casos suelen estar sobreprotegidos, y
esto, puede ser debido a tener algunos rasgos físicos que puedan
ridiculizarles.
·
Grupo cómplice: Testigos impasibles,
mudos y ciegos que con su cobertura y su falta de valores sociales permiten que
se produzca y mantenga en el tiempo el acoso a la víctima. Son compañeros
ordinarios que no sobresalen ni para bien ni para mal. El grupo más activo
suele estar formado por alumnos cobardes, mediocres y más necesitados del
aplauso del colega para sentirse válidos. Suelen adherirse al acosador y asumir
la acción directa de la agresión a las órdenes del acosador.
La adhesión al
líder les hace sentirse imprescindibles y les permite convertirse,
individualmente, en estrellas del grupo cómplice. Mantienen muchas
frustraciones o bien mucho miedo a oponerse al agresor y pasar a ser víctimas.
Cambios en la víctima
Pérdida de objetos, rotura de
ropas, problemas de sueño, modificación de hábitos alimenticios y otros
hábitos, peor rendimiento académico, incomunicación, cambios de humor, enuresis
nocturna.
En cuanto a la sintomatología
afectiva: angustia, ansiedad anticipatoria, temor, miedo, terror, caída de su
autoestima, repentino rechazo expreso hacia la escuela, absentismo, fracaso
escolar, desesperanza por no recibir ayuda de ningún estamento, depresión y
suicidio.
CÓMO ACTUAR
·
Administraciones: campañas de sensibilización de
ámbito nacional para documentar y alertar a las familias, alumnos y público.
Mostrar a las familias y educadores las manifestaciones exteriores que pueden
hacer deducir que un niño está siendo víctima de este tipo de agresión.
·
Escuela: Se pide a los profesores involucrarse
en su profesión. Cubrir las demandas mínimas que la comunidad educativa le
requiera, inhibirse de su compromiso formativo. La comunidad educativa tiene el
derecho y el deber de pedir al profesorado que se haga presente activo en todo
el recinto colegial mientras dure la jornada escolar.
Su autoridad,
junto a su actitud educativa, debe empujarle a estar atento a los alumnos que
sean diferentes, a las evidencias físicas de violencia, a las sospechas
fundadas de violencia encubierta manifestada a través de risas, abucheos,
faltas constantes a clase, relaciones con los alumnos. Atender a los padres que
observen comportamientos extraños en los hijos o cuyos hijos les hayan
confesado abiertamente ser víctimas de algún compañero.
Todo el claustro
de profesores debe estar implicado en la creación y ejecución de programas
preventivos o pautas correctivas de bullying. Los profesores son la clave del
cambio. Si ellos no ejercen su liderazgo el acosador circulará libre.
En casa, podemos hacer juegos y
talleres para prevenir esto.
Lo primero que debemos enseñarles
desde muy pequeños es a compartir. Las primeras agresiones muchas veces se dan
en las guarderías, niños que no quieren compartir y pegan, muerden, etc.
También podemos enseñarles que
aunque somos diferentes, todos absolutamente todos, somos personas y somos
intrínsecamente iguales. Cuando vean a una persona de otra raza, podemos
explicárselo, porque seguramente preguntarán.
También debemos enseñarles que
TOLERANCIA CERO ANTE LA VIOLENCIA, y esto no se va a enseñar pegando…ya sabemos
que LA VIOLENCIA ENGENDRA VIOLENCIA. Si tenemos un hijo pequeño pegón, estamos
jugando y vemos que su forma de jugar es pegando, no debemos reforzar esta
postura, primero no haciendo caso, para que vea que pegando no es el centro de
atención y seguidamente dejandole claro que no nos gusta que peguen y que
cuando dejen de pegar podrán jugar otra vez con nosotros; en cuanto veamos que
cambia su actitud le reforzamos y le decimos lo mucho que nos gusta cuando no
pega.
Cuando ya son más mayores podemos
jugar a muchas cosas:
-EL PROBLEMA ES DE TODOS: Este
juego me lo enseñaron en un curso, y es bastante emocional. Cada uno escribe,
anónimamente, en un papel algo que le haya pasado que le haya resultado difícil
de superar. Se elige un papel al azar, y se debate sobre él, qué haríamos, cómo
nos sentiríamos si nos pasara a nosotros. Es una forma de hacerle ver que NO
ESTÁ SOLO, que puede hablarlo.
Visionado de películas (ya bien
entrados en la adolescencia), de ésta temática, explicándoles luego por qué,
por qué no, debatiendo sobre ella. Una película que os aconsejo, es LA OLA.
Es muy importante fomentar el
diálogo. Cuando lleguen del cole, les preguntamos qué tal en clase, qué tal con
los profes, qué tal con sus amigos; no nos centremos sólo en el aspecto
académico, sino también en el aspecto emocional de nuestro hijo, es muy
importante.
También es muy importante
observar su comportamiento, y si vemos este tipo de pautas que he expuesto en
líneas anteriores…ACTUAR. Ir a hablar con el profesor/a, con el director…con el
Rey si hace falta. Pero sobretodo arropar a nuestro hijo/a.
Como ya sabéis, este tema está
ahora muy en auge lamentablemente, y creo que deberíamos intentar desde
pequeños y en casa evitar esta lacra social.
OS deseo buena semana a todos y a
disfrutar de los peques.
Un abrazo!!!